Preguntas como "¿Cuánto entrenas?", "¿Duermes bien?", "¿Vas con sueño a trabajar?" o "¿Adaptas tu dieta a los días de ejercicio?" nos pueden dar una gran información sobre el grado de fatiga en el que se encuentra el deportista. Un continuo bucle entrenamiento – poco descanso – mala alimentación puede desencadenar en un episodio de sobreentrenamiento. Pero, ¿qué es el sobreentrenamiento?
El síndrome del sobreentrenamiento se da tanto en hombres como mujeres y se asocia a un exceso de entrenamiento y fatiga, donde hay un desequilibrio entre el estrés o exigencia del entrenamiento y la tolerancia a este estrés. Unido a esto, atletas que se encuentren en dietas muy restrictivas, donde haya una baja disponibilidad energética (energía para mantener la masa muscular) pueden agravar la situación. En estos casos, aparte de recomendar un descanso óptimo, es necesario favorecer la recuperación con una buena nutrición ajustando las ingestas y educando al deportista sobre la importancia que esto conlleva.
Los síntomas más claros para diagnosticar un sobreentrenamiento son:
Ante estos casos, una dieta antiinflamatoria basada en productos de origen vegetal y que se adecúe a la práctica deportiva (respetando los timings o ingestas entorno a la actividad) puede ser de gran ayuda. Suplementos como el omega 3 y la vitamina D se han estudiado como posibles ayudas ergogénicas eficaces. Además, unido a todo esto, hoy en día se sabe de sustancias específicas con gran poder antiinflamatorio, como la quercetina (presente en la cebolla o ajo, por ejemplo), el licopeno (tomate), la curcumina o el resveratrol (uva negra).